martes, 22 de noviembre de 2016

El papel de los anarquistas en España (1870-936).


Aunque no son tan conocidos como los comunistas y otras ideologías de extrema izquierda, en España se desarrolló (y aún sigue presente, aunque ha perdido mucha fuerza) un movimiento anarquista de gran calibre y violencia. Es una historia llena de atentados, terrorismo y sangre: sin ir más lejos, son especialmente famosos los asesinatos de Eduardo Dato, Canalejas y Cánovas del Castillo, tres presidentes del gobierno caídos en ataques anarquistas.
  1. Anarquismo en general. Orígenes. 
Al hablar de anarquismo, lo primero que viene a la mente de prácticamente cualquiera es la ausencia de poder, el caos, el vacío. Ahora bien, ¿qué es? ¿De dónde surge? ¿Realmente es tan violento y oscuro como se cree?
Aunque se aprecian algunos indicios de anarquismo en algunos lugares de la filosofía clásica, generalmente griega (aporta mucho al respecto el artículo del país http://elpais.com/diario/2010/10/30/babelia/1288397533_850215.html), el anarquismo moderno como tal nace de la mano de Proudhon. Este pensador aparece en la esfera pública a partir de los años 40 del siglo XIX, grajeándose las simpatías de Karl Marx en un principio (es muy utilizada su definición de propiedad como un robo). Proudhon (1809-1865) era hijo de un tonelero de origen francés: su padre ya le influenció con su pensamiento ideal, del cual se extrae una de sus máximas: la ganancia no es más que ingreso no ganado, no merecido. Supuso un antes y un después en la política y los movimientos obreros. 
Inspirado por algunos utópicos franceses como Fourier, fue verdaderamente crítico con los sistemas de gobierno que conoció. Pronto se destacó por ser un referente entre las masas obreras, al nivel prácticamente de Marx al mediados del siglo XIX. Sus dos aportaciones principales son la filosofía mutualista (primera proyección económica del anarquismo) y una obra que quedaría como clave en la formación ideológica de la Primera Internacional Obrera: "De la capacidad política de la clase obrera".
Aunque hay otros pensadores de gran influencia (como Malatesta o Bakunin), el más importante a nivel español es Proudhon.
Al contrario que otras ideologías, el anarquismo tiene múltiples vertientes y formas de expresión que se agrupan bajo ese nombre: no existe un anarquismo como tal, sino la suma de una serie de colectivos agrupados bajo ese nombre que comparten una serie de características comunes. Estas son, a grandes rasgos, la defensa de la toma del poder mediante una revolución espontánea y obrera que agrupe a estudiantes y campesinos: la concepción de la naturaleza humana como la libertad absoluta; y la concepción de una sociedad solidaria en la que no existe la libertad individual sin la colectiva. A partir de estos principios destacan cinco corrientes principales (extraídas de http://historiaybiografias.com/anarquismo/). 
1) Individualistas y nihilistas. Max Stirner (1806-1856) plasmó en El único y su propiedad una visión individualista del hombre, despojado de cualquier referencia social. Exalta como único valor el «yo», preconizando una «unión de egoístas» y el enriquecimiento personal sin ninguna solidaridad. Esta interpretación dedvó en el nihilismo, que rechaza cualquier principio moral o ley natural.
2) Mutualistas. Seguidores de Proudhon, creyeron en la resolución del problema social sin violencia. El cambio llegaría de la proliferación de sociedades de apoyo mutuo que aseguraran la justicia a través del intercambio recíproco de bienes, servicios y valores morales.
3) Anarco-colectivistas. También llamados bakuninistas, en honor del ruso Mijail Bakunin (1814-1876), impulsor del movimiento anarquista en Europa. Bakunin heredó de Proudhon el federalismo y la importancia concedida a las asociaciones de obreros. En cambio, entendía que la violencia era consustancial a la revolución. Cataloga al campesinado no propietario como el principal motor revolucionario y defiende la colectivización de los medios de producción a cargo de instituciones (comunas) de voluntaria integración, pero manteniendo el salario como forma de distribución de la producción.
4) Anarco-comunistas. El príncipe ruso Piotr Kropotkin (1842-1 921) revitalizó el anarquismo sobre fundamentos científicos y con un componente ético más acusado. En contra de los anarco-colectivistas, negó la validez del salario como forma de retribución en la sociedad futura. El principio «de cada uno según sus recursos, a cada uno según sus necesidades» recoge el espíritu de esta escuela, cuyo proyecto se denomina comunismo libertario. 
5) Anarco-sindicalistas. Esta doctrina predica la fusión del anarquismo con el sindicalismo. El sindicato se convierte en el centro de la actividad obrera y los medios de lucha y concienciación se amplían. Incluían una nueva táctica, la huelga general, con la que se pretendía el colapso del sistema capitalista , y en última instancia, la revolución.
Aunque sus similitudes con el comunismo y el socialismo científico son más que evidentes, su diferencia principal radica en la concepción de la historia (fuerza individual frente a social) y el poder (destruirlo frente a tomarlo). Quizás, estas dos confrontaciones explican el por qué el anarquismo ha sido mucho más castigado y perseguido que el comunismo. 


1.Anarquismo en España. Orígenes. 
 
Aunque parezca que las teorías marxistas y todo lo que de ellas deriva haya ganado la batalla para llevar la voz cantante en el movimiento obrero a nivel ideológico, el anarquismo ha tenido enorme fuerza a lo largo de mucho tiempo en países de todo el mundo; sin ir más lejos, España ha sido considerada desde el principio como uno de los referentes por su desarrollo, su fuerza y su capacidad de acción. Ya a comienzos de la industrialización se vivió en Cataluña una serie de ataques de Ludismo que dejó sentado un precedente de lo que sería luego el tan temido anarquismo catalán. 
En concreto, algunos expertos tienden a identificar diversos hechos de la historia española (muy tendente a levantamientos populares) como muestras de que la revolución anarquista, de carácter espontáneo, podría llegar en cualquier momento; no hay que olvidar levantamientos campesinos de todas las índoles, aparte de revoluciones en toda regla (como la propia Guerra de la Independencia). 
Políticos españoles del siglo XIX fueron muy influenciados por el pensamiento anarquista: sin ir más lejos, Pi y Margall (presidente de la I República) conoció y admiró la obra del ya citado Proudhon, además de traducir libros vinculados con el anarquismo ("La filosofía del Progreso"). Muchos miembros de su partido, al ser este disuelto, nutrieron las filas del movimiento anarquista. 

El anarquismo en España fue verdaderamente conocido y seguido a partir de la I Internacional: Bakunin envió a un colaborador suyo, Fanelli, para que consiguiera adherir militantes españoles a su causa. Y, como quedó claro posteriormente, lo consiguió. Tras sembrar el germen en Madrid y Barcelona, el movimiento se fue extendiendo prácticamente sólo  por toda la península (destacando Valencia y Andalucía). 
Ahora bien, se produjo un hecho realmente trascendente en la historia del movimiento obrero y que supuso la separación irreconciliable de anarquistas y socialistas: Marx y Engels decidieron expulsar a Bakunin de la Internacional, tras el congreso de La Haya. Corría el año 1872. A partir de aquí, los anarquistas en general se organizaron por su cuenta, y la Federación Española (compuesta principalmente por anarquistas) expulsó a la tendencia socialista de su seno: estos, entre los cuales estaba Pablo Iglesias, constituyeron el embrión del futuro PSOE. 
Las cosas se recrudecieron tras aquel hecho: el anarquismo español, cada vez más numeroso, se apropió definitivamente de la Federación Española y apoyó sin temor la conferencia de Saint-Imier, promovida por los líderes anarquistas. 
Paralelamente, el Sexenio Revolucionario en España se llevaba por delante al rey Amadeo I; los izquierdistas españoles de todas las tendencias vieron la oportunidad única para tomar el poder. La posterior revuelta cantonalista generó una ola de violencia en la que el ejército español asumió el mando práctico del país y aplastó la sublevación obrera. Por ello, se inició una verdadera campaña de odio desde la prensa hacia los anarquistas en particular, lo que conllevó que fueran declarados ilegales y pasaran a la clandestinidad. 
En 1875, Sagasta legalizó este tipo de asociaciones. Por ello, la Federación volvió a agruparse públicamente. Sin embargo, en determinados lugares como Andalucía sufrieron fuertes persecuciones y condenas a muerte; por ello, se generó la ruptura entre los que deseaban continuar con las huelgas violentas y los crímenes y los que deseaban relajar un poco la tensión. Esta escisión originó problemas en el seno del movimiento, hasta el punto de que la Federación se extinguió. 

2. Auge de la violencia. La CNT. Atentados más sonados.
 
Se llega al punto clave del movimiento anarquista español: la violencia. A raíz de un congreso celebrado en Bélgica en 1877, la corriente en general se radicalizó sin ningún tipo de complejos, abogando por los atentados de todo tipo. Tras intentos fallidos sobre el Káiser Guillermo, en España llegaron de la mano de dos jóvenes a finales de los setenta: ambas tentativas, aunque carecían de organización y estructura (y muy posiblemente fueran simples ciudadanos rasos, que no tenían vínculos fuertes con el anarquismo), sirvieron para dos cosas. Por un lado, para demonizar la militancia de partidos de esta clase. Por otro, estos tomaron conciencia del verdadero pánico que podían causar en la burguesía al atacar de esta forma.
A lo largo de los años venideros, el anarquismo se recrudeció. En España, se produjeron atentados contra prácticamente cualquier elemento representativo de estado, el ejército o la Iglesia. Martínez Campos sobrevivió a un intento de bomba. El Corpus de Barcelona de 1896 estuvo manchado de sangre, lo que generó una fuerte represión sobre anticlericales y anarquistas. Un año después Cánovas del Castillo es asesino a balazos en un balneario; Maura salió ileso por muy poco de un atentado con explosivos en 1904, dos años antes del intento de asesinato de los Reyes de España durante un paseo por Madrid. Canalejas y Eduardo Dato, ambos presidentes del gobierno, fueron tiroteados a principio del siglo XX.
También estuvieron presentes en los hechos más sangrientos del inicio del siglo pasado en España: especialmente destacado fue su papel en la Semana Trágica de Barcelona, revuelta originada por las guerras en Marruecos y las levas, que generaban enormes cantidades de muertos. A lo largo y ancho de Barcelona, los diversos componentes del movimiento obrero se levantaron en armas con tal ímpetu que el estado envió a más de diez mil soldados para controlar una revuelta que adquirió carácter de guerra urbana en muchos momentos. 
Se aprecia igualmente la participación anarquista en hechos como la huelga de 1917, también con sede en Barcelona. En una protesta por el deterioro de las condiciones de vida de los obreros (forzados hasta el límite por la inflación, la bajada de los salarios y la pérdida de nivel de vida), anarquistas y comunistas se levantaron en una huelga con carácter revolucionario. Se escenificó el acercamiento entre la UGT y la CNT (sindicatos de ambos movimientos), que contribuyó a que el movimiento obrero se dejara sentir en toda la zona industrial española. 
En 1910, se funda en Barcelona la CNT (Confederación Nacional del Trabajo), en respuesta a la UGT. Esta asociación, de ideología anarquista, tuvo verdadera fuerza en los años siguientes. Compuestos como un sindicato, su extenso programa político y sus medidas sociales hicieron que creciera sin techo en la difícil etapa de la Primera Guerra Mundial.
Como se puede ver, el anarquismo vivió una etapa de auge y radicalidad en este momento. Entre las causas se halla sin duda la existencia de una prensa muy amplia a su favor, así como una represión realmente fuerte en su contra por parte de los patrones, temerosos de una nueva Comuna de París. Esta presión generó precisamente el efecto contrario, como es manifiesto (más información en http://brevehistoriadelmovimientoanarquista.blogspot.com.es/2012/09/una-breve-historia-del-anarquismo_11.html)

3. Primo de Rivera y el anarquismo.

Tras la caída del gobierno civil, en 1923 sube al poder Primo de Rivera como solución del régimen a una verdadera crisis interna. Este adoptó una posición bastante común en la época en un principio: intentó atraerse a la UGT, mientras que rechazó de plano el anarquismo en cualquiera de sus manifestaciones. Ello le llevó a querer controlar a la CNT a toda costa, por lo que les sumió en una virtual clandestinidad mediante la encarcelación o expulsión del país de sus líderes, su fomento del pistolerismo y los ataques reiterados a sus militantes. Todo ello culminó con la prohibición tras el asesinato de un verdugo civil en Barcelona a su completa ilegalización. Muy debilitados, tras la caída de Primo se volvieron a reorganizar y fueron protagonistas de hechos sonados. 
Quizás, la verdadera particularidad del anarquismo en España consiste en la importancia que se se le dio a las asociaciones; generalmente organizados a lo largo de Europa en grupos diversos por ideología o simpatía, los anarquistas españoles crearon la FAI en 1927 como una forma de organización y extensión del movimiento. Este hecho fue un gran paso, aprovechando la debilidad cada vez más notoria del régimen de Primo. 

4. La II República.

Aunque estarían al borde de prácticamente desaparecer con el franquismo, los hechos más conocidos y notorios de la acción anarquista en España estaban por llegar justo antes de la Guerra Civil española. Se trata en concreto de dos hechos: Casas Viejas (1933) y la Revolución de 1934. 
El primero fue uno de los momentos más turbios del gobierno de Azaña, y que llevó a su caída unos meses después. En Casas Viejas, Cádiz, varios militantes anarquistas de la CNT se sublevaron y atacaron el cuartel de la Guardia Civil, matando a varios agentes. La respuesta del gobierno fue muy rápida, enviando decenas de miembros de las fuerzas de seguridad. Estos emprendieron prácticamente una masacre contra todo aquel que fue acusado de anarquista, matando a 23 personas. Este hecho fue investigado y supuso el fin del gobierno de Azaña.
La Revolución de 1934 fue el segundo gran levantamiento anarquista en aquellos años. En conjunto con otras facciones obreras (alentados por figuras como Largo Caballero), se levantaron miles de obreros contra la entrada de la CEDA (partido de derechas conservador español) en el gobierno. Aunque fue muy amplia, con enorme incidencia en Cataluña o el País Vasco, donde la CNT presionó en favor de esta fue en Asturias. Allí, se aliaron con la UGT en la "Unión de Hermanos Proletarios" y dirigieron una insurrección minera de tamaño calibre que generó ataques contra iglesias, conventos, fábricas y cuarteles militares y de la Guardia Civil. El gobierno, tras evidentes problemas para controlar la sublevación (que adquirió una vez más tintes de Guerra Civil) fue implacable en la posterior represión de los implicados. 

Tras un periodo de expansión final en la Guerra Civil, con el franquismo fueron realmente maltratados y atacados. El último repunte anarquista serio vivido en España se produjo en los años finales de la dictadura y el principio de la Transición, aunque jamás llegó a tener la fuerza que mostró a principios del siglo XX.

sábado, 19 de noviembre de 2016

La Revolución de Febrero Rusa

(Post relacionado con el tema 1, geopolítica y economía).

  Aunque no sea tan conocida como la Revolución de Octubre, este hecho marcó sin lugar a dudas un antes y un después en la historia del mundo. De hecho, esta Revolución no fue sino el inicio de una guerra que acabaría seis años más tarde. Fue un conflicto realmente agrio, que ocasionó millones de muertos y que supuso la instauración definitiva de la URSS.


 Rusia estaba gobernada desde tiempos remotos por los zares (el equivalente a un monarca absoluto europeo). Tras varias etapas de prosperidad, a lo largo del siglo XIX el Imperio se fue hundiendo poco a poco en innumerables crisis y conflictos: el verdadero problema residió en el atraso tan marcado que padecían en muchos ámbitos y que suponía un verdadero lastre. Con una economía basada prácticamente en la agricultura de subsistencia en muchos casos, la precariedad en la que vivía una gran parte de la población chocaba grandemente con los zares.
 Frente a estos se desarrolló una oposición muy nutrida, integrada por todas las facciones imaginables: desde socialistas hasta liberales, pasando por anarquistas, progresistas y grandes facciones del ejército. Llegó un momento en el cual era cuestión de tiempo que alguna de las conspiraciones contra la zarina Alejandra, el zar Nicolás II o el propio régimen tuvieran éxito. Tras la brutal represion de las tropas imperiales sobre la manifestación de 1905 (el llamado Domingo Sangriento), el odio hacia los zares por parte de la oligarquía y la burguesía media se incrementó: a la vez, se produjo un movimiento de lss fuerzas de izquierda revolucionaria, comandada por Lenin.
 En 1917, la situación era verdaderamente insostenible: el zar se encontraba entre la espada y la pared, ya que había perdido el apoyo de la Iglesia Ortodoxa, la aristocracia, el pueblo y el ejército. Sobre todo era la inflación desatada la que hacía pasar hambre a los rusos; estos tenían que elegir en muchos casos entre comer o no pasar frío. Muchos se vieron condenados a la indigencia, a la precariedad y a la falta de trabajo. Esta situación se traspasó de los campesinos a los obreros industriales, sobre todo al sector armamentístico. El frío, la guerra y el racionamiento de alimentos impuesto por el zar generó aún más sufrimiento al pueblo.
 Es también un detalle muy importante la identidad de los enviados al frente; aparte de dieciséis millones de hombres, los principales oficiales leales al régimen fueron destinados a los diversos frentes, quedando al mando oficiales jóvenes, de escasa instrucción y en general cercanos al descontento popular. Por eso, la rebelión era inminente; sin embargo, como suponía la policía secreta, era la ausencia de un líder lo que la retrasaba. no hay que olvidar que muchos revolucionarios estaban encarcelados o exiliados (Lenin, Trotski, etc). Además, la composición de un ejército mal armado, sin formación e integrado por campesinos obligados a combatir era una de las causas de las sistemáticas derrotas que sufrían a manos de los alemanes y que fue utilizado como arma propagandística contra el régimen.

 En resumen, se trataba de ver qué signo tendría la sublevación; por un lado, la vía reformista, apoyada por la burguesía rusa.  Por otro, la revolucionaria, extendida por las capas populares.

 En febrero, las manifestaciones en contra del zar aumentaron su número y su violencia, con la diferencia de que esta vez el ejército y las guarniciones de cosacos hicieron poco o nada por detenerlas; parte de la policía se sumó a la protesta. Sin líder, de forma espontánea, miles de obreros y amas de casa se levantaron contra el régimen, exigiendo el fin de la guerra y la caída de los zares.

 Las enormes manifestaciones generadas en Petrogrado durante el día ocho de marzo, sin embargo, ocasionaron simpatías de muchos militares. Al día siguiente, más de ciento cincuenta mil obreros se levantaron en huelgas a lo largo de toda la capital rusa; estos simplemente pedían pan y el final de la guerra, y fueron por ello respaldados en muchos casos por los cosacos, que los escoltaron por toda la ciudad. Poco a poco, durante los días siguientes, la policía se reveló como el único cuerpo afín casi en su totalidad al zar. Los obreros ocuparon las fábricas instigados por los bolcheviques, y poco después los cosacos se sumaron (como era previsible) a la revuelta.

 El zar se hizo con el control de la situación, negando cualquier tipo de diálogo con el colectivo revoltoso; pese a los consejos de los altos mandos de las fuerzas de seguridad, ordenó disponer baterías de ametralladoras y vehículos blindados para detener una posible subida de tono de la revuelta. El miedo que de verdad se extendió entre los partidarios del zar y la alta burguesía fue el fantasma de la revolución. El zar volvió a intervenir, subestimando su debilidad y disolviendo la duma hasta abril. Le dio poderes dictatoriales al general Ivanov, al que envió multitud de tropas del frente; entre ellos a los Veteranos de San Jorge, los que se presuponían más fieles al zar. Estos, sin embargo, se negaron a disparar contra los civiles; para agravar la situación, los encargados de los trenes que deberían llevar a los soldados del frente a Petrogrado los devolvieron al propio frente para favorecer la revuelta.
 En la capital, el estado de las tropas era cada minuto más peligroso para los intereses del zar. Muchas divisiones se armaron y sublevaron, entregando armas al pueblo y los obreros. Los altos mandos de la defensa paralizaron el envío de tropas del frente por miedo a que se sublevaran y se unieran a la revuelta, como ya habían hecho muchas unidades. En apenas unos días los revolucionarios tomaron Moscú y diversas zonas de la capital. El naufragio de las tropas zaristas supuso el avance de la revolución hasta un punto en el que la monarquía parlamentaria que pretendían muchos aristócratas era ya imposible.
 El zar, hostigado por el ejército, el pueblo, la guerra, la crisis y la sublevación de las tropas, se vio obligado a abdicar, intentando que su hermano recogiera su corona; este se negó, abriendo una etapa nueva en Rusia que desembocaría, pocos meses después, en la Revolución de Octubre y la URSS.
 Supuso también un nuevo giro a la I Guerra Mundial, además de un precedente para otras sublevaciones obreras y populares en los años venideros. Aunque la caída del zar era algo inevitablke desde hacía tiempo, fueron quizás su estrechez de miras y su negativa a realizar concesiones políticas lo que aceleró su fin. Rusia quedó abocada a un gobierno presidido por el conservador Lvov, que incumplió sus promesas y fue depuesto por el progresista Kérenski en verano. Lo que hubiera pasado si el zar hubiera afrontado la hostilidad popular de otra forma, queda en el terreno de conjeturas.




domingo, 6 de noviembre de 2016

EASIER, CHEAPER, FASTER


Basado en el artículo publicado en la página web del diario estadounidense The Washington Post por la columnista Jonnelle Marte.
El dinero electrónico es un fenómeno relativamente reciente pero que poco a poco gana fuerza: su comodidad y fácil manejo hacen de él un poderoso rival para el papel moneda. Sin embargo, lo que no está claro es que este vaya a ser capaz de reemplazar al dinero tal y como hoy se conoce. Según datos de la AMIPCI del año 2015 (Asociación Mexicana de Internet), el comercio electrónico había crecido cerca de siete veces su valor de 2009. Estos datos, que son una constante en todo el mundo, reflejan un cambio de tendencias cada vez más marcado. Hace diez años Internet era casi un lujo: hoy miles de empresas admiten el pago con Bitcoin, la moneda digital. Lo mismo ocurre con PayPal.
 Como el artículo de Marte defiende y expone, compañías de todo el mundo apuestan cada vez más fuerte por dichas formas de pago. Para darle la razón a la reportera no hay más que encender la televisión unos minutos: cada vez más negocios y empresas no sólo admiten y promocionan las ventas desde su web, sino que tratan de captar clientes para este medio de diversas formas. Poco a poco, diversas franquicias promueven 
Dicha forma de venta mediante incentivos diversos tales como descuentos exclusivos o productos sin presencia en tienda física. El Corte Inglés o Desigual son dos de las empresas que más facturan en red, pero no son las únicas. Según publica en su web el diario El País, esta forma de negocios generó unos ingresos de 5.303 millones de euros en el tercer trimestre de 2015 en nuestras fronteras. En Estados Unidos, por su parte, los datos alcanzarían la suma de 800.000 millones de euros para este año, experimentando un crecimiento cada vez más potente.
Pero estos hechos vienen de la mano de las mejoras en el sistema de transacciones por parte de diversos bancos y entidades de crédito, cada vez más concienciados de la necesidad de apostar por un futuro digital. Como explica Marte en su post, la guerra por proveer el mejor servicio y acaparar la máxima cuota de mercado está generando unos aumentos en presupuesto e inversión en este tipo de sector por parte de las empresas. No hay más que relacionar el estudio del grupo Meta Pack del año 2014 (según el cual el 83 por cierto de los consumidores online reclamaban un mejor servicio para las entregas y el pago) con la dosis de actualidad que aporta Marte: diversas empresas están desarrollando sistemas de pago más baratos, eficientes y rápidos.
No se salvan de este fenómeno las economías en desarrollo como la de China: en un vídeo publicado por la MSN se habla del comercio electrónico chino como el motor del desarrollo de las PYMES (generadoras del 80 por ciento de los trabajos del país), debido a factores como la densidad de población. Dicho vídeo resulta muy útil para poder comprender el alcance de este nuevo fenómeno fuera del mundo occidental.
A este fenómeno se han sumado también y cada vez con más fuerza las transacciones a través del móvil: una de cada cuatro transacciones online se realizarán a través de este sistema según el citado estudio de Meta Pack en EEUU. De hecho, se espera que para dentro de unos meses estos porcentajes aumenten hasta el 27 por ciento.  En territorio español destaca también este incremento progresivo, que no tiene previsiones de detenerse sino justo al contrario.
¿Será capaz lo electrónico de vencer a lo tradicional? ¿Podrá imponerse el píxel sobre la celulosa? Lo que está claro es, como demuestra este reportaje de Europa Press, que las ventas online no tienen límites y alcanzan los lugares más insospechados.

Invertir en el este de África


Es de dominio público la complicada situación que viven los países del este de África, el famoso "cuerno", desde el fin del imperio colonial europeo allá por los años de la Guerra Fría. Sin embargo, se trata de un territorio rico en recursos naturales y posibilidades de exportación y negocio. Por ello, el presente informe pretende ahondar en esta región tan desconocida y estigmatizada del mundo.
En primer lugar se debe hacer un pequeño repaso por aquellas naciones que se considerarán como parte del estudio, así como por su situación política. Somalia, Kenia, Sudán, Sudán del Sur, Tanzania, Eritrea, Uganda y Etiopía son las ocho regiones que se sacarán a la palestra. Debido a la naturaleza de este blog, resulta difícil analizar exhaustivamente todos, así que se ha optado por seleccionar a Etiopía (el país con más peso en la región) para que ejerza de muestra.
Al leer estos nombres, es casi inevitable pensar -desgraciadamente- en estados fallidos, desnutrición, guerras civiles y movimientos migratorios masivos. Al buscar una lista de conflictos armados, se quedan cortos los dedos de las manos para contarlos: por ejemplo, Somalia es a día de hoy un estado fallido en el cual varias facciones del territorio se han declarado independientes y llevan luchando entre sí por el control de diversas tierras durante treinta largos años (los mismo que duró la guerra civil vivida en Eritrea, aunque en este caso fuera en pro de una independencia que llegaría en 1991). 
Tampoco se puede obviar la fuerza de los grupos terroristas de tendencias islámicas radicales: al-Qaeda tiene una fuerte presencia en la zona, y los atentados y matanzas se suceden.



Además, tres de estos estados se consideran estados fallidos por la ONU: Somalia (que posee en su territorio reconocido dos territorios autoproclamados libres), Sudán y Sudán del Sur. Para colmo, el Cuerno de África es de las zonas más desérticas de la Tierra y las sequías acechan. Sida, hambre, plagas y otros peligros acechan a una población civil con altas tasas de mortalidad.
Visto esto, ¿qué podría motivar a un inversor a fijar su vista en la calificada -con permiso de Afganistán- en la región más pobre del mundo?
No se trata de una respuesta fácil ni mucho menos: sin embargo, existen esos argumentos. Para encontrarlos, sería bueno fijar la vista en el país más importante de la zona, Etiopía, y tomarlo de ejemplo. Este país, que salió de una terrible guerra civil que duró prácticamente desde 1961 (fecha de inicio de la guerra de la independencia de Eritrea) hasta 1991, incluyendo terribles episodios como el Terror Rojo (que Amnistía Internacional cifra a día de hoy en medio millón de muertos). Tras muchos años de represión y acusaciones de fraude electoral, moriría el presidente Zenawi, líder del país desde 1995 hasta 2012. 
Económicamente es un país orientado a la producción y exportación de café, generalmente a China y Alemania. De este negocio viven uno de cada cuatro habitantes. Es un país ocupado en el sector primario (su agricultura absorbe el 45% del PIB), aunque su industria está expermientando un fuerte crecimiento y ya abarca el 16% del PIB. Posee recursos de oro y tantalio, además de hierro o gas. 
Pero el dato clave para analizar el crecimiento de Etiopía ha sido sin duda el abismal crecimiento del PIB: de doce mil millones en 1990, ha pasado a la cantidad de sesenta y un mil millones y medio en 2015. El PIB per cápita se ha visto multiplicado por cuatro en el mismo periodo, hasta alcanzar un total de 1600 dólares.
En aspectos demográficos, han logrado multiplicar por dos su población en los últimos 25 años según fuentes del Banco Mundial, pasando de 48.000.000 en 1990 a 99.350.000 en 2015. En estas mismas fechas, la esperanza de vida ha pasado de 48 años a 61 para un ciudadano medio, y la pobreza afecta a un 29% del país (dato disminuido en 15 puntos porcentuales con respecto a 1995).
Todos estos datos podrían ser una causa del aumento meteórico de la inversión extranjera. hace veinticinco años, según el Banco Mundial, en Etiopía había invertido 14 millones de dólares. Veinticinco años después, la cifra asciende a dos mil ciento sesenta y siete millones de la misma divisa. 
Vistos todos estos números, resulta imposible negar que la nación etíope se encuentra, tras muchos años de crisis y guerras, en un proceso de crecimiento importante. Esto no quiere decir que vayan a estar en disposición de competir con el primer mundo en los años venideros, pero sí refleja que la colección de tópicos citados al principio (hambre, guerras civiles, subdesarrollo) no es tan cierta como podía parecer en un principio. Desgraciadamente, hay datos que no se deben obviar en cuanto a deuda externa, uno de los mayores lastres de este tipo de economías. En este caso asciende a más de siete mil trescientos millones de dólares (aunque está en retroceso con respecto a los años anteriores). Parte de esta deuda corresponde a fondos para el desarrollo aportados por el Banco Mundial (sobre los cuales se hará incapié más adelante).
Pero estos brotes verdes no son exclusivos de Etiopía: Tanzania ha multiplicado su inversión extranjera por 196.000 en los últimos 25 años (ya alcanza los dos mil millones), no es el único. En general, la zona más pobre del mundo está viviendo un desarrollo difícil de creer: entre otras cosas, sus tasas de mortalidad infantil caen en picado, su población crece, su industria gana peso y sus gobiernos toman progresivamente el control. Es cierto que queda mucho camino por andar, pero las bases están en general sentadas.
Por otro lado, resultaría muy interesante analizar -o al menos citar- la correlación entre ayuda internacional y crecimiento, tal y como ya hizo en su día el ex economista del Banco Mundial William Easterly en su obra "La carga del hombre blanco, el fracaso de la ayuda al desarrollo". Como el autor expone, la ayuda al desarrollo no sirve de nada si no se trabaja con conocimiento de causa: es decir, no se trata de cuánto se invierte, sino de dónde se invierte. Es imposible invertir en algo que se desconoce por completo (lo que se llama invertir desde arriba) con alguna posibilidad de acierto. De hecho, el mayor impacto producido en la economía etíope no ha sido debido a los grandes proyectos de ayuda internacional, sino a la inversión a pequeña escala, es decir, mediante el trato directo -en la medida de lo posible- con la población.  En materia de inversión internacional, sería importante resaltar que varias empresas están poniendo la mirada en el país etíope como una futura mina de inversiones: en concreto, España se encuentra en vías de penetrar en un mercado que ofrece unos 90 millones de consumidores potenciales. Es perfectamente posible que, en unos años, Etiopía lidere un fuerte crecimiento económico en la zona que sólo podría verse lastrado por la elevada deuda externa. 
¿Es el Cuerno de África la región más pobre del mundo? La respuesta, según los indicadores, es un sí. Ahora bien, ¿lo seguirá siendo en un futuro no muy lejano? ¿O, por el contrario, vivirá un gran crecimiento que le hará colocarse como una región paradisíaca a la hora de invertir? Lo que sí está claro es que, a día de hoy, existen las armas para que se dé el segundo supuesto. 

¿Racismo o intereses económicos? Por qué más de un tercio de estadounidenses apoyan el muro en la frontera con México.



    Dentro de las propuestas electorales de Trump, candidato a la presidencia de La Casa Blanca, hay varias muy controvertidas. Entre ellas, la más llamativa es la de edificar un muro en la frontera que su país tiene con México al sur. Se trata de una medida que no pasa desapercibida y que ha levantado enorme controversia; muchos conciudadanos del magnate no dudan en rechazarla y tacharle de racista y cosas peores. Sin embargo, otro enorme sector del colectivo electoral ha visto con buenos ojos la propuesta; esto no deja de resultar llamativo en un país tan lleno de inmigrantes como Estados Unidos, una de las naciones del mundo que más inmigrantes recibe al año (el propio Trump tiene raíces escocesas y alemanas). Entonces, ¿por qué tiene tanto éxito una propuesta así, consistente en limitar la libre circulación de personas -y que va en consonancia con los mensajes acerca de prohibir la entrada de musulmanes en EEUU o ser inflexible con la inmigración irregular-? Una posible respuesta se halla, una vez más en la economía.



 
   México es un país que ha logrado impulsar un enorme crecimiento en estos últimos años: sin embargo, sigue siendo un lugar con enormes desigualdades, violento y subdesarrollado en algunas regiones. Sus guerras internas entre cárteles perfectamente organizados y el propio gobierno, que sufre constantes ataques de grupos muy variados, generan una enorme inmigración hacia la "Tierra de las oportunidades", vista por los mexicanos como la oportunidad de iniciar una nueva vida. Los famosos "espaldas mojadas" (nombre con el que se conoce popularmente a muchos mexicanos que cruzan la frontera).

   Con una comunidad de unos 32.000.000 de inmigrantes de la nación azteca, Estados Unidos es el país receptor de inmigración latina por antonomasia -y también el que más ataques de corte antilatino recibe-. No hay que olvidar que, por cercanía, muchos de los viajeros se establecen en el sur de EEUU (tradicionalmente más racista que el norte). La violencia frente a estos extranjeros se ha multiplicado en los últimos años, y desde 2003 está en constante aumento. Entre otras cosas, figuras como Donald Trump y Ted Cruz (y cadenas como la Fox), son conocidos por sus constantes ataques contra este colectivo. Entre otras cosas, se les acusa de ladrones, vagos y conflictivos. Pero la verdadera razón podría estar más cerca de factores económicos que de elementos sociales o raciales.

   El límite entre EEUU y México es uno de los que origina más mortandad entre los que intentan atravesarlo. Muy desconocido por el gran público, unas 300.000 personas fueron detenidas intentando llegar a Estados Unidos a través de la peligrosa orografía que separa ambas naciones (sin contar los que lo lograron y los que murieron en el desierto o asesinados por mafias y grupos de presión). De los más de tres mil kilómetros que componen la frontera, más de un tercio se encuentran ya vallados. No es tema baladí para el gobierno americano: siete mil millones de dólares (entre agentes fronterizos y mantenimiento de la vigilancia) se desprenden del presupuesto nacional para la causa. ¿Por qué soporta La Casa Blanca un gasto tan voluminoso en un aspecto tan particular? Con unos cuantos datos todo resultará un poco más sencillo de ver.

   Estados Unidos cuenta a día de hoy con unos inmigrantes ilegales, unos 12.3 millones (cifra que varía según el estudio que se cite). Esta gran masa de gente no está documentada por el gobierno, no tiene papeles de ningún tipo y se encuentran en una situación altamente complicada: no se les reconocen derechos, son objeto de grupos racistas y ataques por parte de diversos colectivos y suelen ser blanco de acciones policiales cuanto menos cuestionables. Si bien con la administración Obama han mejorado en algo su situación, sus condiciones de vida son difíciles. Sus formas de entrada son de lo más variado, desde el cruce ilegal de las fronteras hasta papeles falsos organizados por mafias. Muchos entran de forma legal, pero sus visados caducan y no son repatriados o forzados a obtener otro. 
   Esta masa social, fuente de conflictos y problemas, ha sido quebradero de cabeza para los gobiernos de Estados Unidos desde tiempos de Reagan e incluso antes. Especialmente desde el momento en el que las estimaciones de entradas irregulares superan a las regulares, desde principios de siglo aproximadamente. 
   Se trata de una fuerza de trabajo que no puede ejercer por la legislación estadounidense, que no reconoce derechos a las personas sin papeles. Por ello, su única forma de ganar dinero con el que sobrevivir es recurrir a trabajos de economía sumergida, al margen de la legalidad y en condiciones generalmente poco agradables. Lógicamente, tener una masa tan grande (se trata de un 30% de la población de España aproximadamente) en situación precaria e ilegal es una traba para el crecimiento del país. 

   Ante este problema, son varias las teorías que se han desarrollado: entre ellas, la del muro. Esta es defendida desde dos perspectivas principales. Por un lado, la de Trump y el ala más conservadora de su partido (que aboga por el rechazo y la deportación de estos colectivos, a los que culpa de muchos males del país, entre ellos la criminalidad). Por otro, una corriente en la que se encuentra el periodista Robert J. Samuelson, defensor a ultranza del muro (entrevista en http://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-37439553). Esta defiende la regularización de los inmigrantes con una serie de condiciones (por ejemplo, el visado electrónico y el mayor control del estado de residencia y los permisos). De esta forma, defiende, sería más fácil mejorar la situación de los que ya viven en el país y ser capaces de atacar los grandes flujos migratorios irregulares. 
   Sin embargo, uno de los mayores peligros de regularizar a los inmigrantes ilegales es el tan temido "efecto llamada". Desde sectores conservadores (como ya han expresado repetidas veces miembros de sectores derechistas y republicanos) se teme que se extienda el mensaje "papeles y trabajo para todos", generando una corriente migratoria que ni siquiera Estados Unidos en su conjunto sea capaz de asimilar.
   El grupo de defensores del muro como cortafuegos a la inmigración ilegal (que añade componentes de la América más conservadora y tradicional) esgrimen el argumento de la balanza de pagos (diferencia entre las exportaciones y las importaciones de un país, en este caso aplicada a Estados Unidos y México) entre ambos países es de 60.000 millones de dólares favorable a México. "No podemos permitir esta situación tan perjudicial para nosotros", defendió Donald Trump. 
   Si se analiza más a fondo el programa republicano sobre inmigración, solo se establece que "los inmigrantes ilegales que hayan sido condenados por delitos graves o que pertenezcan a bandas armadas" son los únicos que serán susceptibles de deportación (algo que ya se hace bajo el gobierno de Barack Obama). Es verdad que este programa se ha ido moderando a lo largo de la campaña, quizás por la necesidad de Trump de atraerse colectivos. Pero no se puede obviar la complicada situación que estos inmigrantes ilegales generan en el país y que debe ser, de una forma u otra, mejorada y controlada. 


   ¿Es el muro la mejor forma de controlar la inmigración en Estados Unidos? Para millones de estadounidenses sí: sin embargo, no todos comparten los pormenores del programa republicano en este aspecto. Entre otros factores importantes, no muchos americanos de ese 36% pro muro cree realmente que México vaya a pagar la faraónica obra. Resulta, cuanto menos, "absurdo" en palabras de George Bush. También Peña Nieto, presidente de México, se ha pronunciado al respecto. Algunos tuiteros van más allá y comparan esta propuesta con la "Noche de los Cristales Rotos" (uno de los muchos episodios sangrientos vividos por los judíos durante el régimen nazi, por el cual fueron agredidos y rapiñados y obligados a pagar la destrucción generada por los alternados de sus bolsillos). 
   También genera discrepancias la idea de deportación masiva de ilegales (que ha ido moderándose como ya hemos visto), o la propuesta de atacar las "ciudades santuario" (localidades en las que el ayuntamiento protege a los inmigrantes ilegales que no hayan cometido delitos graves, tanto sus datos como su seguridad). 

   Por tanto, es importante reseñar que no solo los tachados de "racistas" (a los que como se ha expuesto no responden a estas razones) son defensores del muro. El muro es claramente una opción de prosperar en el aspecto de la inmigración ilegal: no se trata de limitarlos, sino de evitar en cierta forma la crisis humanitaria que se vive en la región a diario. Puede que no sea la solución más políticamente correcta, pero quizás sea la más efectiva. El tiempo y los estadounidenses dictarán el nuevo giro que se dará con total seguridad en política migratoria, y que sin duda tendrá el dinero como uno de sus factores principales.